La Falleta de Juan de Plan es una fiesta declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, dentro de las fiestas del fuego del solsticio de verano en los Pirineos.
Los vecinos de San Juan de Plan, durante la noche del 23 de Junio, celebran la fiesta de “La Falleta”, cuando ya cae la tarde, suben hacia un paraje cercano al pueblo, conocido como “La planeta de la falla” cerca de las bordas de San Mamés.
Cuando ya oscurece, encienden una hoguera muy alta, así es vista desde otros pueblos cercanos y hacen una merienda todo el pueblo, grandes y pequeños, que lo viven con especial ilusión. Cuando ha caído la noche, es cuando comienza lo más característico de esta fiesta, cada persona con una antorcha de “tieda” encendida, emprenden el descenso por un camino serpenteante, hacia el pueblo, una imagen, sin duda, muy emotiva, ya que simula una serpiente de fuego, que rompe la profundidad de la noche. Una vez llegan allí se organiza una carrera, que empieza , pasado el puente de la zona del Regancho, hasta el cementerio y el primero que llegue con la antorcha encendida obtiene un premio simbólico, que es un par de zapatillas, en cuanto llegan, arrojan al suelo las teas encendidas para formar otra hoguera. Es chobens del luga, se reúnen alrededor de las brasas de la hoguera en La plana de la falla, para hacerse una costillada y continuar con la fiesta.
La noche del San Juan, una festividad de origen pagano y religioso, cuyo rito principal era encender una hoguera. La finalidad de este culto no era otro que dar más fuerza a sol, donde todo se convierte en sanador sobre todo el agua.
Antaño antes del amanecer se llevaba a los rebaños a beber a los ríos para protegerlos de la sarna, la gente también tenia que bañarse, porque decían que el agua bajaba bendecida, y sanaba todos males, para el resto del año.
Gracias a Javier Vecino por cedernos la foto que acompaña este artículo.